Quería contarte sobre mi vida. Me puse a escribir pero la verdad que me gusto lo que publicaron mis amigos de Planeta Cumbia. Por eso te lo transcribo, tal como me ven ellos. Muchas Gracias. ¨Cada noche de baile; las luces, los brillos, el vestuario, las bailarinas, los músicos y el público; se ponen a punto. Pero una noche tropical no estaría completa sin el indiscutido maestro de ceremonias, el “alma mater” de la movida popular: El Señor Daniel Ricardo “La Tota” Santillán. Nació el 3 de junio de 1969 y creció en el seno de una familia humilde, que por ese entonces vivía en la provincia de Mendoza. No tuvo una infancia muy feliz, motivo por el cual de muy joven, precisamente a los 14 años de edad, decidió partir de su hogar. Y así fue como tuvo variadas profesiones: vendió garrapiñadas y escobas en la calle, fue tarjetero de bailantas (en donde dormía por las noches) y trabajo en una fábrica de salchichas, en la que fue despedido por comerse las salchichas crudas que fabricaba. Intentó mantenerse cerca de la movida tropical, trabajando en boliches, con participaciones en radio, pero sin hacer demasiado ruido. Fue así como un día decidió “colgar la toalla” y dedicarse a vender flores en las cercanías de un cementerio de Liniers. Al tiempo, se reencontró con un amigo que le propuso volver al mundo de la cumbia y ser manager de músicos. Su famoso apodo de “La Tota” lo adquirió en conmemoración de “La Tota y la Porota” dos conocidos personajes de Jorge Porcel y Jorge Luz que eran dos viejas gordas y chismosas. Fue en la época en la que escribía chimentos de la movida tropical para una columna del diario Crónica. En su vida hubo un cambio radical cuando, a pesar del resquemor de tener sobrepeso, se presento a un casting para ser conductor de un programa de TV de musical tropical. Así fue como se convirtió en el conductor de “Pasión Tropical”, éxito de años que concentraba la música popular con toda su alegría y festejo en la tarde de los sábados. Se casó y tuvo dos hijos que son la luz de sus ojos: Daniela y Leandro. A lo largo de los años el talento de este hombre parece no extinguirse, por el contrario, su espontaneidad y frescura, suman más adeptos a diario. Hoy, es un icono de la música popular, una parte inseparable de la fiesta de la cumbia, el merengue y el cuarteto¨.
jueves, 29 de enero de 2009
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